Las hojas secas buscan el abrigo de la madre tierra, tal vez intentando alcanzar la punta de sus pies. El viento armonioso acompaña sus movimientos con una serenata otoñal.
Tal vez no vuelva; seguro que no vuelve. Los rincones de la casa parecían aún más lúgubres.
Un golpe seco quiebra la soledad del salón y el aliento del silencio lo inunda todo. Tal vez no vuelva; seguro que no vuelve.
Me dejas sin palabras... ¡Bellísimo poema!
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